“...Finalmente, el tribunal tuvo por acreditado que el procesado se encontraba “en estado etílico” en base a lo declarado por los testigos, los bomberos, los agentes de policía y los médicos forenses, quienes coincidieron todos en declarar que tanto el sindicado como sus demás acompañantes presentaban evidentes rastros de haber bebido mucho licor. Que no se haya practicado la prueba de alcoholemia no exime al procesado de esta agravante, pues las abundantes declaraciones a ese respecto lo confirmaron con igual certeza...”